domingo, 1 de noviembre de 2015

Enciclopedia del mal menor ilustrada para niños



Boca o River, de carne o de pollo, de grasa o de manteca, blanco o negro. Polaridad, opciones simples y silvestres que denotan polos opuestos.
Pero que sucede cuando ambas opciones, lejos ya de saber si son similares o diferentes pasan a ser algo negativo para quien elige?
A quien querés mas, a mama o a papa? Como te gustaría morir, en una cama o aplastado por el tren?  Porque tendría q elegir una opción entre alternativas que no me favorezcan? Es que simplemente no puedo escoger querer a mis padres por igual y no morir?
Es aquí entonces, donde aparentemente debo optar por la cobarde y estúpida opción falacia del mal menor.
Y que es el mal menor?
Y mira Carlitos, es una alternativa en la que no estás tan mal, o sea: si, estas mal; pero mira que sino la elegís,  vas a estar peor.
Es una evidente decisión tomada a partir del miedo. Lo peor que se puede hacer ante opciones perjudiciales para la propia voluntad e intereses, es vendarle los ojos al espíritu crítico y al sentido común y seguir al rebaño.
Entonces, qué hacer? Puedo negarme a elegir?
Sí, claro que podes. Por qué tendría que darle la derecha a mi verdugo? Pero esa mi amigo, es una salida fácil. Porque siendo parte de un intento de sociedad, las responsabilidades ciudadanas cuentan tanto por opción u omisión; asique el no elegir, si bien dejaría a nuestras ideas y espíritu descansar en paz, nos hace tan cómplices como al que eligió. Por eso después te encontrás con menemismos y kirchnerismos a los que mágicamente nadie votó.
Pero, no me estás dando ninguna solución. Tengo dos opciones y no se cual elegir.
Y bueno hermano, cuando el agua llega al cuello, ya no hay filosofía que valga ni tiempo para ver de dónde viene la rotura. No aparecieron malas opciones de la noche a la mañana, no existen los salvadores, ni en el futbol ni en la política.
Los gobernantes a los que nos dicen que elijamos en la urna, ya fueron elegidos previamente por corporaciones muy lejos de un cuarto oscuro.
Pero deben ser legitimados. Entonces se monta una vez más toda la parafernalia electoral, juramos sobre la constitución y la rueda vuelve a girar.
Es evidente que este tipo de democracia no es efectiva ni sirve a nuestros propios intereses, el de nosotros, la mayoría, los laburantes. Es evidente que todos los gobernantes se sientan a hablar con el empresario antes que con el obrero. Porque el ciudadano común, que no encuentra representatividad en una manga de corruptos que día a día vacían el país, no puede hacer valer su voz a través de un tipo que se queda dormido al ocupar su banca en el congreso.
Entonces de que mal menor hablamos señores? Acá no es “guarda que viene la derecha” o “saquemos a los ladrones kirchneristas” ese argumento estaría bien para un preescolar, pero para gente mínimamente informada que lee entre líneas se dará cuenta que la forma de hacer política no sirve más.
Por qué, por ejemplo, el voto no puede servir para que yo elija las leyes que se vayan a implementar? O para decidir en qué gastar el presupuesto nacional? Porque tipos de traje y corbata del exterior tienen que decidir por mi sobre el dinero que extraen día a día de mi sudor?
La democracia debe ser directa. Hagamos votaciones todos los fines de semana si es necesario, decidamos nosotros mismos qué camino seguir, no le regalemos el timón del barco a gente que simplemente quiere enriquecerse a costa de los demás.
Seamos vivos, no la viveza criolla del pelotudo, seamos inteligentes. Porque te pensás que la gente esta apolitizada? Por qué nadie se mete? Porque los que están lo saben, se dan cuenta, por eso ellos están y vos no. Te cooptan con propaganda, con entretenimiento y con desinformación y así sos un ente maleable que se acuerda de que cada 4 años debe meter un sobre en una urna.
Entonces hagámosles marca personal, que sientan nuestra respiración en su espalda, que el pueblo no negocia lo que es elemental para el ser humano. Que no te voy a aplaudir cuando inauguras un parque industrial, porque es tu obligación como gobernante.
Estamos mal acostumbrados, que cosas ordinarias parezcan extraordinarias, cuando tendrían que ser normales.
O que el presidente tenga los poderes de un emperador romano, cuando debe ser el empleado de cada habitante del país y debiera responder ante cada necesidad de las personas a las cuales representa.
Lo único que como pueblo solicitamos es trabajo, educación y salud. Eso de lo que siempre se llenan la boca los políticos en campaña.
Yo no tengo problema en que utilicen lo que sacan de mí para construir rutas, escuelas, pagar sueldos a médicos o comprar pintura blanca para una senda peatonal.
Pero no me roben, y cumplan la voluntad de la gente que los eligió; que el helicóptero para irse lo tienen a disposición.