“En el reino del revés la cabeza está en los
pies; llueve para arriba y el pescador huye del pez.”
Argentina es el reino del revés.
Creo que es la frase que define estos últimos 200
años de historia argentina.
No es una frase apresurada, superficial,
simplista, sin fundamentos o tendenciosa de quien escribe.
Es una frase concreta basada en hechos reales,
desde la perspectiva del lugar que integro en la sociedad, desde donde me situó
para ver lo que pasa a mi alrededor: la clase trabajadora, el motor de la
nación que sustenta su funcionamiento.
Este pais, que a principios del siglo XX prometia ser potencia mundial, paulatinamente se fue quedando rezagado debido principalmente a decisiones politicas tomadas para favorecer capitales extranjeros en detrimento del progreso nacional.
Es ilógico y realmente no se entiende como un
país con tanta abundancia en recursos naturales no pueda satisfacer por ejemplo la alimentacion de todos sus habitantes; ya que si quisiera podría paliar todo el hambre del mundo.
Y hace mucho tiempo, casi desde que este suelo tiene
bandera y nombre propio; que la siembra es escasa y la cosecha se encuentra en manos de unos pocos.
Pero el problema es siempre el mismo. Siempre
se cosecha lo que se siembra.
Más si se sabe que la única obligación de
esos “cosechadores parlamentarios" de traje y corbata es distribuir y administrar correctamente los bienes del estado, esa
es su función, para eso se los eligió. Para eso se les dió poder.
Desde que Argentina firmó su independencia, el
país estuvo inmediatamente comandado por gobiernos conservadores constituidos
por la principales familias aristocráticas porteñas.
Años mas tarde, apareció el primer gobierno de masas bajo la presidencia de Yrigoyen, una nueva forma de gobierno que desplazaba el histórico dominio de la elite burguesa.
Años mas tarde, apareció el primer gobierno de masas bajo la presidencia de Yrigoyen, una nueva forma de gobierno que desplazaba el histórico dominio de la elite burguesa.
A su vez, los golpes militares comenzarían
desde ese momento a ser moneda corriente en la vida política argentina y a sucederse cada vez con mayor periodicidad.
Tiempo despues emergería el peronismo, a mi entender
una de las causas del estancamiento nacional que
padecemos hoy en día.
Pero seria fácil culpar solamente a un
gobierno de todos los males históricos de la nación. La
situación política, económica y social actual no es culpa solamente del
peronismo, ya que después de su caída vinieron otros gobiernos: de facto, radicales y peronistas (de palabra) que tuvieron la oportunidad de torcer la balanza, de mejorar
las cosas, pero se encargaron de emular lo negativo del peronismo original, de
ganar el campeonato mundial de corrupción y de conducirnos cual rebaño al matadero.
El peronismo fue un híbrido, un movimiento
manipulador que basó su poder en la conciliación de clases, en la negociación, la demagogia
y el clientelismo.
Esta claro que uno no puede estar en paz con dios y con el diablo, es muy difícil mantener las distancias ya que las lineas cada vez se van haciendo mas finas.
El gran error del peronismo fue subestimar a trabajadores y patrones creyendo que podia meterlos en la misma bolsa y manejarlos a placer; quiso mezclar agua y aceite y terminó hechandole nafta al fuego.
Esta claro que uno no puede estar en paz con dios y con el diablo, es muy difícil mantener las distancias ya que las lineas cada vez se van haciendo mas finas.
El gran error del peronismo fue subestimar a trabajadores y patrones creyendo que podia meterlos en la misma bolsa y manejarlos a placer; quiso mezclar agua y aceite y terminó hechandole nafta al fuego.
Lo lógico es gobernar para la mayoría, de
esa forma el gobierno está legitimado y apoyado por la mayor parte del país. En
cambio cuando se proclama gobernar para la mayoría pero se hace bajo los intereses de la minoría,
se está traicionando al pueblo, se está jugando con fuego y es cuestión de
tiempo para que todo explote por los aires.
Las guerras, como los errores políticos de una
nación siempre las pagan los que pierden, y en la vida política los que nacieron
para perder son, paradójicamente, aquellas personas que sostienen al país,
aquellos que lo hacen crecer, aquellos que mantienen sobre sus espaldas a todos
los corruptos de turno: la regla número uno en cualquier gobierno corrupto es
que siempre pierden los trabajadores.
Es gracioso que deleguemos nuestro poder a
cambio de una limosna mensual y que los éxitos sean de otros y los errores
siempre nuestros.
Pero así es el dinero, así funciona el
capital, se necesitan esclavos y amos; de unos que tengan y de otros que no; de
unos que manden y de otros que estén educados para ejecutar y obedecer.
Y nos acostumbramos a eso, amoldamos nuestras
vidas en torno al dinero, nos contaminaron la mente vendiéndonos que la felicidad
se logra con dinero, nos inyectaron por cada poro el virus del consumismo; si
ya vemos como lo más normal del mundo entregar 8 horas diarias de nuestro
tiempo, que no es renovable, a cambio de papeles de colores llamados billetes.
Y pese a eso lo aceptamos…
Ya no hace falta ser un esclavo del siglo XVI
encadenado a una pared picando piedras, ahora las cadenas son invisibles, el
amo cambió el látigo por los billetes; la dominación se hizo más compleja y
sutil pero es la misma.
El negocio es hacerte creer que ganas cuando
siempre estas perdiendo.
Sería como ver al esclavo agradecer por
cada latigazo recibido al igual que nosotros por cada pago de sueldo.
Si vamos a ser esclavos, si fuimos
configurados para ser esclavos, si nos merecemos ser esclavos; por lo menos
elijamos a un esclavista que administre lo más equitativamente posible los
recursos que producimos día a día.
Y si no, espero que en los próximos 200 años
los que miren hacia atrás puedan ver como las personas del pasado
cambiaron, o por lo menos, intentaron cambiar el rumbo del pais hacia destinos más justos.
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