jueves, 28 de agosto de 2014

El reino del revés





“En el reino del revés la cabeza está en los pies; llueve para arriba y el pescador huye del pez.” 


Argentina es el reino del revés.

Creo que es la frase que define estos últimos 200 años de historia argentina.
No es una frase apresurada, superficial, simplista, sin fundamentos o tendenciosa de quien escribe.
Es una frase concreta basada en hechos reales, desde la perspectiva del lugar que integro en la sociedad, desde donde me situó para ver lo que pasa a mi alrededor: la clase trabajadora, el motor de la nación que sustenta su funcionamiento.

Este pais, que a principios del siglo XX prometia ser potencia mundial, paulatinamente se fue quedando rezagado debido principalmente a decisiones politicas tomadas para favorecer capitales extranjeros en detrimento del progreso nacional.
Es ilógico y realmente no se entiende como un país con tanta abundancia en recursos naturales no pueda satisfacer por ejemplo la alimentacion de todos sus habitantes; ya que si quisiera podría paliar todo el hambre del mundo.
Pero el problema es siempre el mismo. Siempre se cosecha lo que se siembra.
Y hace mucho tiempo, casi desde que este suelo tiene bandera y nombre propio; que la siembra es escasa y la cosecha se encuentra en manos de unos pocos.
Más si se sabe que la única obligación de esos “cosechadores parlamentarios" de traje y corbata es distribuir y administrar correctamente los bienes del estado, esa es su función, para eso se los eligió. Para eso se les dió poder.

Desde que Argentina firmó su independencia, el país estuvo inmediatamente comandado por gobiernos conservadores constituidos por la principales familias aristocráticas porteñas. 
Años mas tarde, apareció el primer gobierno de masas bajo la presidencia de Yrigoyen, una nueva forma de gobierno que desplazaba el histórico dominio de la elite burguesa.
A su vez, los golpes militares comenzarían desde ese momento a ser moneda corriente en la vida política argentina y a sucederse cada vez con mayor periodicidad. 
Tiempo despues emergería el peronismo, a mi entender una de las causas del estancamiento nacional que padecemos hoy en día.
Pero seria fácil culpar solamente a un gobierno de todos los males históricos de la nación. La situación política, económica y social actual no es culpa solamente del peronismo, ya que después de su caída vinieron otros gobiernos: de facto, radicales y peronistas (de palabra) que tuvieron la oportunidad de torcer la balanza, de mejorar las cosas, pero se encargaron de emular lo negativo del peronismo original, de ganar el campeonato mundial de corrupción y de conducirnos cual rebaño al matadero.

El peronismo fue un híbrido, un movimiento manipulador que basó su poder en la conciliación de clases, en la negociación, la demagogia y el clientelismo. 
Esta claro que uno no puede estar en paz con dios y con el diablo, es muy difícil mantener las distancias ya que las lineas cada vez se van haciendo mas finas.  
El gran error del peronismo fue subestimar a trabajadores y patrones creyendo que podia meterlos en la misma bolsa y manejarlos a placer; quiso mezclar agua y aceite y terminó hechandole nafta al fuego.
Lo lógico es gobernar para la mayoría, de esa forma el gobierno está legitimado y apoyado por la mayor parte del país. En cambio cuando se proclama gobernar para la mayoría pero se hace bajo los intereses de la minoría, se está traicionando al pueblo, se está jugando con fuego y es cuestión de tiempo para que todo explote por los aires.

Las guerras, como los errores políticos de una nación siempre las pagan los que pierden, y en la vida política los que nacieron para perder son, paradójicamente, aquellas personas que sostienen al país, aquellos que lo hacen crecer, aquellos que mantienen sobre sus espaldas a todos los corruptos de turno: la regla número uno en cualquier gobierno corrupto es que siempre pierden los trabajadores.

Es gracioso que deleguemos nuestro poder a cambio de una limosna mensual y que los éxitos sean de otros y los errores siempre nuestros.
Pero así es el dinero, así funciona el capital, se necesitan esclavos y amos; de unos que tengan y de otros que no; de unos que manden y de otros que estén educados para ejecutar y obedecer.

Y nos acostumbramos a eso, amoldamos nuestras vidas en torno al dinero, nos contaminaron la mente vendiéndonos que la felicidad se logra con dinero, nos inyectaron por cada poro el virus del consumismo; si ya vemos como lo más normal del mundo entregar 8 horas diarias de nuestro tiempo, que no es renovable, a cambio de papeles de colores llamados billetes.

Y pese a eso lo aceptamos…
Ya no hace falta ser un esclavo del siglo XVI encadenado a una pared picando piedras, ahora las cadenas son invisibles, el amo cambió el látigo por los billetes; la dominación se hizo más compleja y sutil pero es la misma.
El negocio es hacerte creer que ganas cuando siempre estas perdiendo.
Sería como ver al esclavo agradecer por cada latigazo recibido al igual que nosotros por cada pago de sueldo.

Si vamos a ser esclavos, si fuimos configurados para ser esclavos, si nos merecemos ser esclavos; por lo menos elijamos a un esclavista que administre lo más equitativamente posible los recursos que producimos día a día.

Y si no, espero que en los próximos 200 años los que miren hacia atrás puedan ver como las personas del pasado cambiaron, o por lo menos, intentaron cambiar el rumbo del pais hacia destinos más justos.

viernes, 18 de julio de 2014

Baño de realidad

Tristeza y angustia. Sé que es temporal, que con el correr de los días disminuirá y se aplacara. Así es como cura el tiempo.

Esa tristeza se debe a que hace escasas horas Argentina acaba de perder la final del mundo.
Y puede pasar, es algo natural si lo razonamos desde la lógica, dejando las emociones y los sentimientos de lado.
Juegan 2, festeja 1.  Es sabido de antemano. Esta vez le tocó festejar al otro.

Pero es más triste si se piensa desde el plano de que en este país, lo único que nos une como sociedad es el futbol y los problemas.
Por eso nos aferramos tanto al futbol como si fuese una religión. Porque necesitábamos esa alegría, porque si bien nos hubiese unido de una forma falaz por algunas semanas o tal vez meses, esa felicidad hubiese funcionado.

Desde que nací, en 1990; en el plano social siempre estuvimos mal: falta de trabajo, una educación que viene en franca decadencia, inseguridad y delincuencia en aumento y sin control, y corrupción en todos los aparatos sociales y gubernamentales posibles.
No soy ingenuo, se que todos los países del mundo, o la gran mayoría, padecen estos problemas en mayor o menor medida, pero Argentina te demuestra día a día que siempre se puede estar un poco peor.

“Por suerte no te tocó vivir los golpes militares o una guerra” dirán algunos; es verdad por suerte no, pero me ha tocado ver gente que se ha quedado sin su trabajo y su casa, que ha tenido que irse del país porque perdió hasta sus esperanzas, y gente que ha muerto a manos del asesino de turno.

Por eso la gran “responsabilidad” que tiene el futbol en esta tierra. Por eso ese exitismo que muchos condenan. Por eso esa necesidad imperiosa, casi vital; de ser buenos en algo como sociedad.

Hemos caído muy bajo, el futbol es la única forma que tenemos para festejar algo. Y hace muchos años se viene negando, y no sé, sinceramente, si se volverá a estar tan cerca otra vez.

Llegamos a la final, no lo desmerezco, es motivo de orgullo y agradecimiento por todo lo demostrado; pero desgraciadamente no es suficiente para una sociedad que no progresa como tal, que lleva muchas derrotas a cuestas y parece no conocer de victorias.

“Tenemos al mejor jugador del mundo, al papa, médicos y científicos reconocidos en todo el mundo” pero son siempre individualidades, casos particulares; y el futbol, como la vida se desarrollan en grupo.

Terminemos con la mentira de que somos los mejores del mundo. No lo somos. Probablemente no como grupo. Esa soberbia siempre nos lleva a la ruina.

Tenemos mucho que aprender, empecemos de una vez.


viernes, 6 de junio de 2014

La comodidad es una mierda

 

 

 

 

 

 

 

 

La comodidad es una mierda. 

 

Es un estado de pasividad camuflada de bienestar que tiene el fundamento ilusorio del presente perfecto, que lo único que hace es estancarte como ser humano.  

La perfección no existe, nunca existió, la vida no es perfecta. Podes tener un periodo de armonía, en el que las cosas vayan mas o menos como esperás, pero jamás va a ser de perfección. 

La comodidad no te deja avanzar, no te deja intentar nuevas formas para auto superarte. Es el mismo camino de ida y vuelta que tomas para ir a trabajar todos los días. Sin riesgos pero sin sorpresas. Nadie te dice que tu vida sea la del superhéroe, porque esa vida es tan ficticia como la película que la muestra, pero uno siempre puede arriesgar un poco más en pequeños actos y situaciones de la vida cotidiana. 

Creo que uno se queja del trabajo, de su pareja, etc. por la sencilla razón de que siempre debe quejarse por algo, pero en el fondo estamos cómodos; nos quejamos desde la vereda de enfrente, sabemos de antemano que no vamos a hacer nada para cambiar algo; porque si realmente quisieramos cambiar nuestra situación, si el problema nos quemara por dentro, si los demonios de nuestras cabezas no nos dejaran dormir por la noche, despertaríamos el valor que tenemos dormido en algún lado y cambiariamos nuestro presente.

Y para no tener que cambiar nada, nos auto convencemos del vaso medio lleno, de que “podría ser peor” cuando en realidad todos podríamos llenar el vaso, hasta incluso derramarlo y traer una botella para llenar, solo que muchas veces no lo sabemos. 
O no queremos saberlo, para que de ese modo sea mas fácil justificar seguir con la ley del menor esfuerzo y la autocompasión. 
Ese es el problema, cuando el hombre boicotea sus propios pensamientos, cuando se engaña de forma consciente, cuando es mas cómodo abrazar la mentira prefabricada que escuchar la verdad. 

Mucha gente está cómoda, y cree que eso es felicidad. Nada más lejos. Las personas felices son las que arriesgan, intentan, fracasan, intentan de nuevo, fracasan, intentan hasta que las cosas salen, nunca se conforman, siempre están en movimiento. 
La felicidad genuina no es producida por cosas materiales, sino por valores y sentimientos; y éstos no se compran, se crean.
 
La comodidad es la fórmula utilizada que sabés que funciona sin traerte mayores problemas, y aunque dentro tuyo sabés que queres mejorar, cambiar, hacer cosas nuevas; la seguís utilizando por miedo justamente al cambio; por la ilusion de creer que es mejor y mas seguro lo conocido que lo nuevo por conocer. 

Eso es ser un cobarde. Es no querer mejorar como persona. 
Mejorar por uno mismo, no por los demás; mejorar para poder utilizar tu máximo potencial, para vivir una vida ni mejor ni peor que el resto, simplemente honesta; y supongo que debe ser una mierda arrepentirse al final, de cosas que no hiciste o que dejaste de hacer por miedo a arriesgar en el momento en que podrías haberlo hecho.


Esto que suena como autoayuda, que pareciera políticamente correcto; no tiene sentido alguno si no se practica. Soy el primero que quisiera ponerlo en práctica y no ser solamente un hipócrita que piensa una cosa, pero que hace lo contrario.

Voy a leer esto las veces que sean necesarias para poder entrar en razón y no tener que pagar un psicólogo, en los cuáles por cierto no confío.

 






domingo, 18 de mayo de 2014

El viento que todo empuja




CAPITULO I

Años de trabajo, de pruebas, de aciertos y errores que lo acercaban y alejaban continuamente de su objetivo.
Más que años, toda su vida dedicada a un solo fin; como si desde siempre hubiese sabido lo que el destino había elegido para su existencia.
Después de 47 años 138 días, 14 horas y 23 minutos, el doctor Petric había terminado su trabajo.
La parte más fácil había finalizado. Ahora solo restaba ver que su creación funcionase como él lo esperaba.
Por unos minutos se quedó mirándola, como hipnotizado. Como un padre que mira a su hijo recién nacido.
Estaba orgulloso de cada minuto invertido, de cada noche leyendo manuales, trabajando en su taller hasta caer de agotamiento, pasando incluso semanas, meses y años enteros abocado a la misma tarea.
Pero también sabiendo que tal vez tendría una sola chance de lograr el éxito; si no funcionaba de acuerdo a lo esperado a la primera, tendría que seguir investigando y experimentando; y su miedo era que no le alcanzara la vida para ver su sueño hecho realidad.
Estaba muy cerca, pero lejos al mismo tiempo.

Mientras tanto, sus ayudantes, el mulato James y DeLacroix terminaban de ajustar los últimos detalles.
-           
-     -Três bien doctor, está terminada. – exclamo el francés

A Petric se le dibujo una pequeña sonrisa en su huesuda cara.
-         -Muy bien caballeros, empaquen sus cosas y prepárense para partir – respondió el científico.
-         -Tomen todas las medidas de seguridad necesarias, no sabemos que podamos encontrar en el  futuro.

En efecto, lo que tenían enfrente y por lo que habían trabajado durante tantos años era una máquina del tiempo.
Estaba construida con la carcasa de una combi Volkswagen del ’86 modificada con elementos de última tecnología como propulsores nucleares, células de energía protocinéticas, radares de escaneo progresivo multidimensional y armamento laser antiplasma.
Pero lo más importante era la tecnología utilizada para poder realizar los viajes interdimensionales: dicha tecnología fue desarrollada por Petric en su "anterior trabajo”, antes de recluirse en un taller, del cual solo él y sus dos asistentes conocen la localización.

El doctor Nikola Petric era uno de los científicos que trabajaba en el Area 51 desarrollando las tecnologías extraterrestres.
Se dice que él, junto con otro equipo de científicos estuvo muy cerca de hallar la forma de viajar en el tiempo, pero que de un día para el otro, el Gobierno norteamericano y la CIA dieron por finalizado el proyecto y los galpones fueron desmantelados.
Cuando el resto de los científicos que trabajaron en el proyecto comenzaron a sufrir “accidentes casuales” que acababan con sus vidas, Petric tomó partes de los documentos que detallaban la investigación y desapareció para siempre.
Durante su escape conoció a Patrick James, un preso político nigeriano experto en armas que escapo de un campo de concentración en Uganda y a Phillip DelaCroix un terrorista francés buscado en 25 países. 
Todos tenían como objetivo común desaparecer, y fueron reclutados por Petric en distintas circunstancias para unírsele a su proyecto, el cual ahora estaba a instantes de ver la luz.


Una vez que los tres tripulantes ingresaron a la máquina, Petric  le ordenó a James que inicie los motores y a Delacroix que ingrese en la computadora de abordo un viaje de 10 horas hacia el futuro.
El consideraba que era un tiempo prudente para ver si la maquina funcionaba correctamente.  Según sus cálculos tardarían aproximadamente 27 segundos en recorrer esas 10 horas estipuladas.
Sin más tiempo que perder, el Dr. Petric tomó el control de la máquina e inicio el conteo para comenzar el viaje.
La máquina se elevó unos 60 cm del suelo y luego de un destello de luz resplandeciente, desapareció en el tiempo y en el espacio.



CAPITULO II

De pronto el motor se detuvo. La nave dejo de moverse para afirmarse al suelo.
Los tripulantes ansiosos por ver el resultado de años de trabajo se acercaron a las ventanas de la nave. 
Según los cálculos de Petric, tendrían que estar en un radio de 5 km desde donde salieron, pero unas 10 horas más tarde.
Afuera la oscuridad era absoluta, y el silencio total. No se veían luces de edificios, ni se oía el ruido de autos ni de personas. Debían haber aterrizado en una zona rural, pensó DelaCroix.

Lentamente los tres salieron hacia afuera. Aparentemente todo había resultado bien. Era de noche, ellos habían salido a las dos de la tarde y podía ser tranquilamente la medianoche.
El reloj de Petric al igual que el de sus ayudantes aun marcaba las 14 horas y 3 minutos, debido a que en el interior de la máquina, el tiempo transcurre normalmente, solamente se altera en el exterior.
De pronto, a lo lejos vieron una luz. Pequeña al principio, inmóvil; pero luego de unos minutos se iba acercando hacia donde se encontraban los viajeros. 
-Debe ser una moto - exclamo James; pero no se oía el ruido del motor. La luz se acercaba cada vez más. Entonces DelaCroix entró a la nave, encendió los reflectores y apuntó hacia donde venía esa luz extraña.
En ese momento, quedó al descubierto un joven vestido con harapos cargando una antorcha caminando hacia la nave.
Al verse sorprendido, dió media vuelta y lanzó un grito incomprensible como llamando a alguien. Segundos después, decenas de luces aparecieron a lo lejos. El francés movió los reflectores hacia aquella dirección para ver como cientos de personas se dirigían con antorchas, palos y cadenas corriendo hacia donde ellos se encontraban.
Un grito del francés hizo volver sobre sus pasos a Petric y a James e ingresar a la nave. Horrorizado, sin decir una palabra, DelaCroix señalaba con dirección a la computadora de abordo.
Cuando Petric vio lo que su compañero marcaba, su corazón se detuvo y quedó paralizado. Lo mismo le pasó al africano.
La computadora de abordo marcaba el año 10.583 como fecha de destino.

Petric no entendía cómo pudo ocurrir semejante error. Se quedó a un costado, atónito, sin hacer el menor movimiento.
Mientras tanto, los sujetos de las antorchas se acercaban cada vez más blandiendo fierros, palos y arrojando piedras.
Debían hacer algo, no tenían mucho tiempo. 

Delacroix intentó ingresar en la computadora de abordo el año en el que habían salido; 22 de marzo de 2014, pero el sistema no tomaba los datos.
Petric le dijo que era inútil, ya que la maquina había sido configurada para viajar solamente al futuro; para que nadie pueda alterar el pasado, por si la maquina alguna vez caía en manos equivocadas.
De pronto, una piedra dió de lleno en uno de los reflectores haciéndolo pedazos. Los atacantes estaban casi encima de la máquina. Petric no reaccionaba, estaba aún perdido en sus pensamientos.
Entonces James se acercó al panel de control y activó la nave. 
Los motores se encendieron y esta comenzó a moverse.
Un estruendo de piedras y palos se escuchó golpear contra un costado de la nave, mientras ésta se elevaba en el aire y desaparecía una vez más.



CAPITULO III

Medio minuto después, la maquina se detuvo nuevamente.
Habían avanzado nuevamente hacia el futuro. Esta vez al año 47.369.
Para no ser sorprendidos nuevamente, James fue a buscar un par de ametralladoras y munición al depósito.
Mientras Petric estaba a un costado, meditando, pensando quien sabe en qué; James y Delacroix salieron a explorar al exterior.

Afuera hacía un calor sofocante, el termómetro de James marcaba 46° grados centígrados sobre el vasto yermo bajo un sol abrazador.
-Al parecer hubo una guerra hace no mucho tiempo- exclamó James- debido a que a lo lejos se veía una gran cantidad de muertos sobre el terreno. De fondo unas especies de fábricas abandonadas y galpones destruidos decoraban la escena post apocalíptica.
No había vegetación alguna, solamente rocas y arena.
Aparentemente, era la misma región donde habían aterrizado la primera vez, debido a que los cadáveres estaban vestidos con harapos y a su lado había armas rudimentarias como lanzas, picas y cuchillos.
De pronto, Delacroix vió algo que se movía. Se acercó cuidadosamente apuntando su arma. Era un anciano que tenía una herida profunda en el abdomen, y aparentemente no le quedaba mucho tiempo.
Al ver a los viajeros, con un hilo de voz les alcanzó a pedir agua. Delacroix le dio su cantimplora. El hombre bebió con enorme desesperación, aparentemente no lo hacía hace varios días. 
-Qué pasó aquí?- preguntó James.
-Nos atacaron, hace dos lunas. El clan del norte arrasó nuestro refugio. Esos canallas… -respondió el moribundo.
- Y por qué los atacaron?
-Por lo que los hombres siempre lucharon…por sobrevivir. Nuestros soldados fueron a atacar una de las caravanas que trasladan mercancías hacia los refugios del este, y sólo quedamos los ancianos, las mujeres y los niños. Esos canallas del norte aparecieron, saquearon nuestras reservas, se llevaron a las mujeres y mataron al resto…

-Pero como puede ser posible? Como llegaron a esto?– preguntó DelaCroix

-Hijo, no sé en qué pozo has estado escondido todo este tiempo, o contra que te has golpeado la cabeza, pero te diré que el hombre ha conseguido lo que se ha buscado… Desde siempre se ha creído el dueño del mundo, y esa ambición lo llevó a la muerte… Igualmente, después de la tercer guerra mundial ya no hubo nada más que hacer…

-Tercer guerra mundial!?- exclamo el francés.

Si, ha sido culpa del hombre, nunca pudo evitar la guerra… diría que es su razón de ser desde que habita este planeta…

Pero, como ha sido?- interrumpió Delacroix- Acaso los yanquis lanzaron un ataque a los países árabes? O tal vez los chinos atacaron primero? O que tal los rusos?...

-Es gracioso porque de esos países que nombras ya no queda nada, ni el más remoto recuerdo; mejor dicho, ya no existen países como se conocían en el pasado… Ahora todo se reduce a ciudades en ruinas, campamentos y refugios… La población mundial se redujo a un 10% y desciende cada día... ya no queda nada…

-No… esta guerra no ha sido entre ellos, sino contra las máquinas… creaciones humanas que al principio servían para simplificar su propio trabajo, y que luego fueron haciéndose más complejas y perfectas hasta el punto tal que reemplazaron al hombre en todos los aspectos, desde fabricar un automóvil hasta patrullar las calles… cuando las máquinas empezaron a razonar… ese fue el principio del fin…

-De modo que las maquinas hicieron todo esto… - dijo James.

-En parte, a la raza humana no le quedó otra alternativa que unirse contra ellas o extinguirse…

- Hubiese pagado  por ver a un judío luchando palmo a palmo con un musulmán – dijo irónicamente James.

-Finalmente pudieron vencer a las maquinas, pero a un costo muy elevado… Todos los recursos naturales del planeta se utilizaron para la guerra, todos los habitantes se transformaron en soldados y los daños producidos fueron irreparables…

-Moriré tranquilo porque sé… porque estoy seguro que la raza humana se extinguirá en poco tiempo y bien merecido lo tiene. Ha hecho de este planeta una montaña de mierda; ha extinguido a todos los animales, ha talado todos los bosques y contaminado todos los ríos… si pudieras viajar al pasado y decirle a una persona del año 2000 que terminaría tomando su propia orina porque no tendría más agua se cagaria de risa…

-Voy  hacerte un favor- si yo fuera vos, tomaría esa ametralladora y me volaría la cabeza. He nacido en un refugio, he vivido como animal toda mi vida en un refugio y te puedo asegurar que eso no es vida, nunca lo ha sido… Pagamos el precio por nuestros errores…

Después de decir esto, el anciano se quedó inmóvil bajo los rayos del sol.  
Por detrás apareció Petric, diciendo que probablemente tenía la solución para volver a su época.
Los tres hombres regresaron a la nave.



CAPITULO IV

En ese momento el viento se hizo más intenso. Afuera de la nave se levantaban nubes de tierra y arena que emulaban las tormentas de arena del Sahara.
Mientras que James fumaba un cigarrillo mirando como el polvo cubría la nave una y otra vez;  Delacroix hacia lo mismo, a la vez que bebía una botella de bourbon que había traído especialmente para la travesía.

Por fin Petric rompió el silencio:
             -No hay que ser muy sabio, caballeros, para comprender que las cosas no han resultado como lo hemos esperado…

Ambos ayudantes seguían en sus tareas sin prestarle atención.

-        -Entiendo también – prosiguió- que lamentándonos no encontraremos ninguna solución a este problema.  Desgraciadamente no tengo las herramientas ni las maquinas adecuadas para poder ver en donde está el problema…

-         -El problema…– interrumpió James - El problema es que estamos aquí atascados quien sabe en donde…ese es el problema… al que usted se refiere como si fuese simplemente cambiar un neumático…

-        - Todo el trabajo que nos ha dado este capricho suyo, todo el tiempo que pasamos construyendo su nave y ni siquiera pudo prever una situación así… Qué clase de científico es?  Tendrían que haberlo acabado los de la CIA como a los demás compañeros suyos…
-         Pero si usted no puede hacer nada, yo lo voy a hacer…

-          -No seas imbécil- interrumpió el francés- en este lugar no hay más que polvo y arena; vas a morir por los rayos del sol o en manos de los mercenarios de afuera…

-          -Lo dudo- contesto James- Por lo que veo solo tienen palos y piedras, yo tengo una ametralladora que escupe plomo, diría que ellos tienen más que temer.

-          -Pero si ustedes son lo suficientemente cobardes como para no acompañarme, entonces quédense aquí, yo voy a buscar una manera de salir de esta mierda – dijo mientras cargaba su arma y se dirigía hacia la puerta.

-          -Hay otra opción menos suicida que salir a los tiros sin saber para donde – continuó Petric-  Estas personas no parecen tener los medios ni la tecnología para ayudarnos a reparar la nave, por lo tanto, por más que recorramos todos los desiertos y acabemos con todos estos salvajes no vamos a encontrar nada.

-          -Y entonces que propone, quedarnos aquí fumando y bebiendo hasta morir? – inquirió desafiante James.

-          -No, propongo  seguir avanzando hacia el futuro. De esa forma tal vez nos topemos con alguna forma de vida –humana o no- que pueda llegar a tener algún tipo de tecnología que nos permita volver al pasado.

-          -Y si no la tienen? Que garantías tiene que el futuro no va a ser peor que esto? – replicó el africano.

-          -Ninguna, pero es más factible encontrar una solución allí, que encontrar una máquina del tiempo nueva bajo una roca en el desierto.
-          -Si querés quedarte en este lugar buscando una salida, adelante; pero yo voy a seguir hacia el futuro. – remató el científico.

James lo miro con furia pero no dijo nada. Dejó la ametralladora a un costado, se sentó a mirar por la ventana y encendió otro cigarrillo.

-          -Esperemos que tengas razón -le dijo Delacroix a Petric en voz baja, pasándole un trago de su botella.

-          -Espero tenerla- respondió Petric - mientras activaba los controles y fijaba una nueva ruta hacia el año 200.000.



CAPITULO V

Turbulencias, ráfagas de viento, relámpagos y truenos que hacían eco en la profundidad de la noche. Así recibió el año 217.056 a los expedicionarios.
Con gran esfuerzo, James pudo escapar de un remolino y estabilizar la nave hasta hacerla aterrizar en lo alto de una montaña.
DelaCroix intentó encender las luces externas, pero uno de los reflectores estaba dañado por el piedrazo que recibió la primera vez que viajaron al futuro, y el otro se había quemado; es por eso que no tuvieron más remedio que salir al exterior para observar el panorama.
A pesar del mal clima, era una noche clara ya que la luna llena alumbraba casi tan bien como el sol en el día. 
Los tres caminaron hasta el borde del precipicio para poder ver mejor con que se encontraban esta vez.
-Mierda, esto no puede ser real – exclamó James.
-Santo dios… - prosiguió el francés.
Petric no emitió palabra. 
Todas las expresiones coincidían para contribuir a retratar lo que estaba sucediendo frente a ellos en ese momento. Los tres estaban paralizados, no podían hablar ni moverse, solo podían mirar.
Y lo que veían con las mismas dosis de terror y asombro, mientras los rayos iluminaban las penumbras, mientras los truenos resonaban en la inmensidad de la noche y el agua caía violentamente desde el cielo solo ha sido imaginado, leído en libros o visto en películas de ciencia ficción.
En ese momento, los tres hubiesen deseado que efectivamente todo fuese una película o un sueño del cual despertar. Pero esta vez, todo lo que tenían frente a sus ojos había escapado de la fantasía para volverse real. 
Los rayos, relámpagos y truenos quedaban de lado opacados por la guerra que se estaba desatando en ese momento; ya que los humanos que quedaban, luchaban sin cesar contra hordas de seres extraterrestres que los diezmaban a gusto y placer. 
Estos seres tenían formas de serpientes metálicas, como una mezcla entre dragones y pulpos de aproximadamente 30 metros de largo, con decenas de tentáculos que levitaban y arrasaban a grupos enteros de humanos como si fuesen basura.
Podían cercenarlos, arrojarlos 500 metros o hacerlos explotar. 
La humanidad no tenía la más mínima chance de ganar esta guerra.
-          -El viejo moribundo se equivocó… dijo DelaCroix con una sonrisa sarcástica. Los humanos no se iban a matar entre ellos, finalmente iban a ser los ovnis... Hollywood tenía razón…
Mientras tanto, James tenía su arma fuertemente sujetada  y miraba vacilante.
 - Ni se te ocurra cometer una estupidez – dijo Petric mirándolo.  Los aliens no nos han detectado y debemos irnos antes de que nos descubran. 
Petric y DelaCroix dieron media vuelta para dirigirse a la nave cuando detrás de ellos escucharon un disparo.
-Juro que se disparó sola – Decía James señalando su ametralladora.
-Que imbécil! – maldijo el francés
-Rápido, entren a la nave! – ordenó Petric.
Pero además el disparo fue escuchado por una de las criaturas, que en ese momento se dirigía hacia ellos.
Los tres subieron a la nave y encendieron los motores, pero  la serpiente embistió con tal fuerza que la lanzó por los aires.
Luego la sujetó con sus tentáculos antes de que cayera al suelo y volvió a arrojarla con violencia. Era como un depredador jugando con su presa.
Adentro, sus tripulantes estaban como dentro de una licuadora, golpeándose contra todo.
Nuevamente el alien volvió a tomarla y arrojarla otra vez.
DelaCroix pudo sujetarse de un parante y con esfuerzo dirigirse hacia el panel de control mientras sus compañeros rebotaban contra las paredes de la nave y la criatura la lanzaba de un lado a otro como si fuese un juguete.
El francés inicio la secuencia para comandar los cañones y lásers. Apuntó y disparó repetidas veces pero sin suerte.
Tenía que esperar a que la criatura atrape la nave para disparar, ya que mientras los arrojaba al aire era casi imposible darle.
Por fin, la bestia los atrapó con sus tentáculos y el francés abrió fuego.
Cientos de orificios expulsaron una sustancia viscosa naranja fosforescente del cuerpo del ovni hasta que se desplomó, liberando la nave. 
Petric tomó el control antes de que ésta impactara contra el suelo. 
Mientras tanto de fondo, la carnicería seguía. Los humanos armados con palos y lanzas eran ejecutados sin piedad por los ejércitos invasores.
Miles y miles de cadáveres se iban apilando en el campo de batalla formando montañas de cuerpos que llegaban hasta el cielo.
Los viajeros no tenían muchas opciones de hacia dónde ir. No podían quedarse en ese presente adverso. Testigos de la extinción humana, solo les quedaba seguir avanzando en el tiempo. 
Todo señalaba que las probabilidades de encontrar una forma de regresar al 2014 se debilitaban a medida que se sumergían más y más en el futuro.
Pero solo tenían una forma de saberlo, de sacarse las dudas, de agotar todas las posibilidades… y esa era seguir avanzado.



CAPITULO VI

Esta vez, Petric detuvo el contador en el año 789.533.
Se notaba en su cara que ya no era la misma persona que había iniciado el viaje.  Estaba cansado, decepcionado consigo mismo y daba la sensación de que se había resignado.
Sabía que contaba con el apoyo de Delacroix, que el más volátil era James; que si bien al principio pensó en que este tomaría el control en la nave, esos temores ya se habían desvanecido.
Los tres hombres estaban en la misma situación. Estaban abandonados a su suerte, y sabían que matarse entre ellos no solucionaría las cosas.

Petric, en el puesto de mando, no hizo ningún esfuerzo por mirar a donde habían llegado esta vez. Estaba sentado, cabizbajo con la mirada perdida hacia ninguna parte.
Delacroix, estaba tirado en un sillón tomando una botella de vino y escuchando a Hendrix con sus auriculares.
James fumaba.
Ninguno amagó a dejar lo que estaba haciendo por al menos una hora.

Por fin al francés se la acabó su botella de vino. Se levantó, fue hacia la heladera, sacó otra, la destapó y salió al exterior.
Al cabo de media hora regresó a la nave. 
Dejó la botella casi vaciá en la mesa y se sentó nuevamente en el sillón. Petric y James ni se inmutaron.
- Señores – dijo el francés. Tengo una buena y una mala noticia. La buena es que los ovnis están todos muertos oxidándose en el desierto. La mala es que afuera ya no queda nada, es el fin del planeta. Es una lástima porque era en el único lugar del universo donde había vino, voy a extrañar eso.
Enseguida Petric se levantó y salió de la nave. 
Luego de un rato, James hizo lo mismo.
-Que les pasó a estos aliens?– pregunto James acercándose a donde estaba Petric.
-Todos los ovnis han perecido – respondió éste.
-Cómo sabes?
-Porque están oxidados, el óxido lo producen los virus y las bacterias de este planeta a los que vos y yo estamos acostumbrados. Estas criaturas, vinieran de donde vinieran y por más tecnología que hayan tenido no estaban preparadas para los condiciones de este lugar.
Y como sucede y sucedió a lo largo de la historia, si no podes adaptarte, te extinguís.
-Bendito sea Darwin- exclamó James sonriendo.
-Así es – respondió el científico.

 -Y ahora que vamos a hacer?
 -No sé, ya no tenemos mucho para hacer. Llegamos al final del túnel… - dijo Petric.
 -Yo no voy a quedarme en este lugar, no podría soportar vivir en este yermo… si ya no hay a donde ir, ya no sé si me interesa seguir viviendo… - remató James.
-Tranquilos caballeros, veo que están muy sobresaltados – interrumpió Delacroix en ese momento. -No hay razón para tomar medidas apresuradas, tenemos todo el tiempo del mundo.
James lo miró con ganas de asesinarlo.
-Veo que el chiste no les hizo gracia- pues bien, hablando en serio; yo tampoco me hago a la idea de vivir en esta basura de lugar; en el que ya no existen las guitarras, las mujeres o el vino.

-Antes de iniciar este pacto suicida que tienen en mente, yo les propongo hacer algo que ningún ser humano ha sido capaz siquiera de imaginarse alguna vez.
-Y que sería eso? - preguntó Petric.
-Les propongo ver el fin del mundo en primera fila. Si nosotros vamos a morir, que primero lo haga el maldito universo.
Los tres hombres regresaron a la nave.



CAPITULO VII

Delacroix saco la última botella de vino de la heladera. Era un Château-Latour, cosecha 1985. Tomó 3 copas y sirvió.
Mientras tanto Petric en el puesto de mando sabía que lo que estaban a punto de hacer no tenía vuelta atrás; más bien adelante, bien adelante.
James en tanto, fumaba uno de sus habanos cubanos mientras miraba hacia afuera.
-Bien, señores- dijo el francés dándole una copa de vino a  cada uno de sus compañeros-  Que comience la función!
Entonces Petric activó el comando para que la máquina avanzara en el tiempo hasta el final de los tiempos…
Primero vieron como el sol fue aumentando su tamaño hasta tragarse a todos los planetas del sistema solar, incluida por supuesto a La Tierra.
Luego, el astro se achicó hasta convertirse en una pequeña estrella blanca y luego negra para desaparecer en una explosión de energía.
Miles de billones y billones de años luz adelante las demás estrellas y galaxias corrieron la misma suerte. El espacio infinito comenzó a despoblarse.
Finalmente, se extinguieron las últimas partículas de protones del universo.
La nada invadió la nada. 
Hasta que de pronto, una explosión de energía puso de nuevo luz en la oscuridad. 
-No puede ser- exclamó debilmente Petric.
Los otros dos no podían emitir palabra alguna.
-Es un nuevo Big Bang; las galaxias, estrellas y el universo vuelven a crearse, no puede ser posible…- dijo el científico atónito.
En efecto, la galaxias volvían a crearse y con ellas estrellas y planetas.
-Ahora sé que el huevo vino antes que la gallina- dijo Delacroix tomando el último sorbo de vino.
- Miren- señaló James un punto en el espacio-  Ese planeta de allá es muy parecido a la Tierra. 
- Es la Tierra…pero entonces… obedece a la teoría de las cuerdas -  exclamo Petric.
-Pero no puede ser-dijo el francés exaltado- hace unos minutos vimos como volaba en pedazos.
- Se los explicare brevemente, nuestro universo se destruyó, este universo que vemos nacer es una réplica del nuestro original, es un universo paralelo exactamente igual al nuestro…
- Significa que habrá una nueva Tierra? Ojalá que inventen rápido el vino- exclamo el francés.
- No solo habrá una nueva Tierra, sino que sucederá todo exactamente tal cual como fue la historia en la Tierra. Los universos paralelos son cíclicos, la historia vuelve a repetirse una y otra vez hasta el infinito, o nunca oíste hablar de un deja vu? Que no es más que la remota percepción de un recuerdo pasado en un universo que ya no existe.
- Entonces, por lo que decís, significa que podríamos volver a la Tierra?- preguntó James.
- Efectivamente- contestó Petric.
- Pero existe un problema, cuando lleguemos a la Tierra debemos eliminar a nuestros “yo” que viven en ese tiempo y espacio. Sin nos vieran, podría crearse una paradoja espacio temporal que ocasionaría….
- Si ya se, la destrucción del mundo, lo dijo el profesor de “Volver al Futuro”- interrumpió el francés.
-Ese no sería el problema, esperaríamos la formación de otro universo paralelo…
El problema en ese caso es que el tiempo, una cualidad única del planeta Tierra, se detendría eternamente y el universo, al interrumpir su ciclo, procesaría esto como una anomalía y se autodestruiría junto con sus copias, como si fuese un virus de computadora.
- En marcha entonces, matemos a nuestros clones –agregó el francés - dándole una pistola a cada uno de sus compañeros- tengo vino por beber y mujeres por conocer, esto del fin del mundo es un embole.
James programó la nave hacia el año 2014, mientras encendía un cigarrillo y miraba como las explosiones, luces y colores del nacimiento de astros y planetas alumbraban el lienzo opaco y sin vida del universo infinito.



CAPITULO VIII

Organismos unicelulares, dinosaurios, mamíferos, egipcios, romanos, señores feudales, nazis y empresarios. Toda la historia de la Tierra resumida en quince minutos.
Ese fue el tiempo que tardaron los viajeros en recorrer el inicio de los tiempos hasta llegar a su taller del año 2014.
Por fin la nave tocó tierra. Los motores se apagaron.
-Y bien, ahora qué profesor?- preguntó Delacroix dirigiéndose a Petric.
Este pareció vacilar unos segundos, y luego comenzó a hablar.
-Estuve pensando bastante durante el viaje, ahora que ha terminado puedo hacerlo de manera  más objetiva y concreta, ordenar mejor mis ideas; pero de todas formas sigo pensando lo mismo…
-Creo que esta máquina debe ser destruida, nunca debe ver la luz…
-Acaso está loco?- inquirió James- Después de todo lo que hemos visto, de todo lo que pasamos, usted solo quiere destruirla sin más? Piense en lo que significaría todo ese conocimiento, la sociedad podría anticiparse a sus errores y corregirlos antes de que sea demasiado tarde…
-Por eso justamente es porque quiero destruirla… la sociedad va a comportarse como lo que es, un grupo de humanos movidos por impulsos y sentimientos,  tomarán las decisiones que crean convenientes y con ellas sus consecuencias… lo correcto es no interferir y dejar que las cosas sigan su curso, todas las personas tienen derecho a elegir su destino y yo no soy quien para impedirlo o modificarlo… no está en mis planes jugar a ser dios…
- O sea que simplemente es un estúpido cobarde que solamente hizo esto para alimentar su propio ego… Piense por un minuto en el dinero que podríamos hacer con esto…
- Así que se trata de dinero, creo recordar que te he pagado más que bien por estos años de trabajo, no creo que tengas problemas financieros por el resto de tu vida, tal vez estarías mejor pudriéndote en ese campo de concentración de África del que te saqué…
James tomo su arma y le apuntó a Petric  a la cabeza. Enseguida Delacroix saco su arma y le apuntó a James. Petric se quedó mirándolo en silencio.
-Baja el arma!- le ordeno el francés a James
-Imbécil, vos estas de su lado? No te das cuenta que todo el esfuerzo que hicimos durante este tiempo va a terminar oxidándose en un basural? Podríamos vivir como reyes, quedar en la historia por ser los primeros en hacer algo que hasta ahora solo ha sido soñado o visto en películas, y en cambio prefieren regirse por sus estúpidas ideas moralistas?
-Sí, estoy de su lado; ahora baja el arma- ultimó Delacroix.
-Son unos cobardes - exclamó James y disparó hacia los focos que alumbraban el taller dejando todo a oscuras.
Segundos después se oyó un motor que se encendía.
-James no!!- gritó Petric.
El cientifico activó las luces de emergencia para ver como en cuestión de segundos, James desaparecía con la máquina del tiempo.
-Ese desgraciado… que vamos a hacer?- pregunto el francés.
-Solo hay una cosa por hacer, destruir la máquina…
-Pero si se la llevó James… - replicó Delacroix.
-No, en realidad estamos a quince minutos de entrar por esa puerta para hacer el viaje inaugural, la maquina original está en la habitación de al lado- contestó Petric.
-Es verdad!! Lo había olvidado…
-Si destruimos la máquina, James quedará vagando por la eternidad en una máquina que nunca fue construida… 
-Se lo merece ese canalla…-agregó el francés. 
-Pero hay algo más: nuestros “otros yo” están todavía afuera, y no puede vivir más de uno de nosotros por universo, porque si no éste colapsaría…

-Por eso he decidido destruirme junto a la máquina y con toda la documentación que detalla cada procedimiento para que nadie nunca pueda volver a construirla, en diez minutos llegaran nuestras “copias” y también volaran en mil pedazos con la explosión…
-Pero esperá ... podríamos desaparecer en algún lugar remoto del mundo donde nunca puedan hallarnos y asi nunca pasaría nada - contestó el francés.
-Lo siento amigo, es una responsabilidad muy grande vivir con ese peso...ahora sé cuál era el propósito de mi vida, después de tanto tiempo por fin he descubierto que crear esta máquina y viajar por el tiempo es todo por lo que he vivido y estoy feliz de haberlo hecho, te estaré siempre agradecido por haberme ayudado… 
-Ahora andá, antes que nuestros “clones” aparezcan, sé feliz…



"Esa fue la última vez que vi al profesor Petric. Me aleje del lugar tan pronto como pude. Instantes después escuche una tremenda explosión… no miré hacia atrás, seguí corriendo... Nunca volví a pasar de nuevo por ese lugar… sé que una parte de mí se fue con esa explosión…
Ahora, muchos años después, le cuento esa historias a mis nietos, quienes me miran asombrados y ríen como tomándome por loco, y no los culpo; yo también rio con ellos.
Finalmente comprendí porque el profesor hizo lo que hizo… en su lugar hubiera hecho lo mismo…
El vivió a su manera y de acuerdo a sus principios, me demostró que no hay una sola forma de vivir la vida, que cada uno triunfa en ésta a su modo; él pudo haber cambiado la historia de la humanidad y sin embargo murió como un héroe anónimo, nunca nadie sabrá lo que hemos logrado en ese taller… 

Y tal vez de eso se trate la vida, tal vez ahí está el verdadero heroísmo, en hacer las cosas que creamos correctas sin esperar el premio a cambio, tan solo por el hecho de vivir el momento guiados por nuestros sueños y convicciones… 
De esa forma, nuestra alma podrá siempre descansar en paz."